Conforme las redes sociales van inundando nuestra vida vamos pasando de una a otra siempre criticando la que vamos dejando atrás. Empezamos por Hi5, MySpace (aunque muchos aún digan que no la tuvieron), llegamos a la mega red Facebook, algunos conocimos pronto twitter y empezamos a criticar facebook, luego foursquare (la red social más estúpida que he conocido, pues haces lo mismo con google maps), formspring (más estúpida aún) y algunos pensamos que google plus salvaría nuestras vidas (sigo esperando que se destaque por encima de las otras).
En realidad facebook y twitter captaron nuestra total atención, en mi caso opté prontamente por twitter. No es por dármelas de la gran cosa en esto de la tecnología (aunque, ¿para qué ser modesto en el propio blogg de uno?) pero twitter fue mi elección prontamente. Facebook fue muy novedosa en la manera de inteconectarnos pero twitter fue más novedosa aún en interconectarnos en tiempo más real. Más rápido que inmediatamente noté que facebook iba a ser para problemas, y con el paso del tiempo y del conocimiento acumulado de esta red social, entendí que facebook era la tendencia voyerista en todo su furor. Todos tenían acceso a tu vida, pero aunque tú podías editar que mostrar, terminabas sucumbiendo a la tentación de hacerte una figura pública. Porque eso es lo que explota facebook, poder creerte un rockstar. Que todos vean que haces, que todos vean tus cosas, que todos monitoreen tus cambios de humor y ánimo. En fin, como acabo de mencionar, eres un rockstar en facebook.
Twitter me gustó más porque una vez entras en la dinámica del asunto, smartphone mediante, entiendes que el internet si es una verdadera autopista de información. Más que chismosear tu vida, la gente interactúa con tu vida. Obvio que también está el exagerado que indica hasta cuando va al baño, cuando se va a masturbar y demás, pero poder conectarte con el mundo día twitter es lo más cosmopolita que puede haber (Kant estaría feliz con su twitter @FilosofoAlemanNumeroUno).
Sin embargo acaba uno por vivir virtualmente su propia vida, y ni qué decir del blackberry messenger. Empezando porque la gente sigue insistiendo en que el blackberry es un smartphone cuando no cuenta con las características de lo que realmente un smartphone es. Son lentos, se traban, el App Store es limitadísimo, básicamente es un teléfono que no se puede personalizar. Pero cuenta con el maligno messenger propio. Y es peor que cualquier red social. Lo que diga al respecto sería llover sobremojado, pero las cadenas, los chistes planos, que coloque estoy durmiendo y la gente te pregunte que haces, son apenas algunas de las joyas de este aparato del demonio (como le llamó una profesora a los blackberrys en un ensayo para justificar su contratación).
A pesar de sus deficiencias, terminé siendo un usuario regular (no entiendo porque insisto en ser modesto en mi propio blogg) de estas redes y herramientas sociales de comunicación. El problema es que prontamente entiendes que tu día es 24 horas abierto al público. Tus contactos empiezan a entender que tú no tienes vida propia, y que en vez de eso estás presto a cualquier solicitud en las horas más inapropiadas.
La situación se agrava al darte cuenta de que estas redes sociales no tienen una opción de offline como si tiene el bendito msn de hotmail, yahoo y gmail por ejemplo. Entonces en algún momento pierdes esa opción de control sobre tu propia vida. Y lo más grave es que pierdes esa opción de desconectarte el día que amaneces con malparidez existencial contra el mundo, ese día que te sientes más ermitaño que nunca. Esos días no vuelven más.
Entonces con todo esto en mente, un día te despiertas y dices que vas a cerrar twitter, facebook y cancelar el pin (obviamente twitteas al respecto y hasta colocas una actualización en BB Messenger) y la gente no cree. Todos te dicen que como vas a sobrevivir. Y pues sí, lo hice. Finalmente cerré twitter, facebook y pin en un mismo momento.
La sensación de tranquilidad fue increíble, pensé en twittiarlo pero fue imposible. Se me ocurrió una imagen graciosa para expresar como me sentía en bb msn y tampoco pude, tal vez un estado nuevo en facebook pero era menos probable. Ese día noté que la batería de mis teléfonos duró más que de costumbre, que no me enfadé al recibir chistes estúpidos ni cadenas innecesarias, que nadie me etiquetó en la foto de un gatico chistoso en facebook, pero que efectivamente estaba más tranquilo. Y de eso se trataba, de estar más tranquilo.
Lo que resultó determinante en la decisión que ya había tomado fue salir a cenar esa noche y ver en 4 mesas distintas, cuatro parejas cada una con bb en mano. Apenas si se vieron, si acaso sabrán que comieron. Y recordé lo chévere que es ver a los ojos a las personas mientras hablas con ellas, la intimidad que estableces con tus seres queridos al verles el rostro.
Así que tal vez no pueda decirle al mundo como me siento como minuto (aunque aún mantengo instagram porque me encanta al ser tan visual), si me siento feliz con la decisión que tomé. Aunque la gente me pregunte como si hubiese fallecido un ser querido como me siento, o por qué cometí la locura de cerrar mis redes, esta tranquilidad que siento ahora no tiene precio.
Por: CARLOS ALBERTO PEÑA OROZCO
Por: CARLOS ALBERTO PEÑA OROZCO