lunes, 6 de junio de 2016

HOLA PEÑA

Y finalmente tuve tiempo de volver a escribir. Temas muchos, de todo tipo. Pero como ya he dicho en anteriores entradas, uno escribe en el trabajo lo que toca y motiva y en sus espacios privados (y aún así públicos) lo que le gusta y lo que quiere. Y creo que está claro lo apasionado y centrado que estoy en el tema del ejercicio, entrenamiento, acondicionamiento físico y demás. Por esto dedico mi nueva entrada al tema. Vale la pena aclarar que no soy nadie en el tema, sólo una persona con la determinación necesaria para aprender, leer, consultar, utilizar lo aprendido, implementar a mi quehacer diario lo leído y llevar a la práctica lo consultado respecto al tema en mención. 

Quizás por el hecho de haber aprendido a ordenarle a mi cuerpo qué hacer y saber como gestionar mi metabolismo, y por lo importante que resulta para nosotros los seres humanos el ejemplo, como manifestación de experiencia acumulada en un tema en particular, cada vez los saludos que recibo se han ido focalizando. Esto no es nuevo y creo que es normal: en época de parciales los saludos suelen ser sospechosos (siempre algún estudiante termina siendo familiar lejano, muy lejano o lejanísimo de un amigo o conocido), en época de finales los saludos se hacen más sospechosos aún ("profe, me matan en casa si pierdo la materia", "profe ayúdeme a ganarme la beca", "profe si pierdo mis padres no me pagarán los estudios", "profe mi familia depende de mi", y demás), cuando una amiga finaliza su relación de pareja sus saludos tienden a ser sospechosos también (amiga, te figuró el helado llorando sola en casa), para época de carnavales los saludos de tus amigos que viven fuera de Barranquilla tienden a ser sospechosos también (la gente empieza a creer que tu casa es un hotel), los saludos de tus amigos que viven fuera de Santa Marta para semana santa o vacaciones de mitad de año son suuuuper sospechosos (creen que uno es agente de viajes o algún tipo de operador turístico). Total, que uno llega a dos conclusiones: dudar de los amigos por aprovechados ("amigos, no hay amigos" manifestó Aristóteles) y entender que los saludos se focalizan.

En mi caso, y de un tiempo para acá, los saludos van a lo mismo: "hola peña, quiero preguntarte algo. Quiero empezar a entrenar y quiero que me ayudes". Lo que percibo regularmente es una doble imagen: por un lado, una persona que por cualquier razón (ruptura sentimental y frustración con la propia imagen el 90% de los casos) quiere hacer algo respecto a su físico. Por el otro, una persona que no sabe lo qué quiere ni tiene idea de qué hacer y lo único que tiene como referencia es lo que ve en páginas o cuentas de personas que presumen de ser autoridades en el tema pero que son un cero a la izquierda pues no compiten o nunca han ganado un título sobre el particular. Estas personas son, así, fácilmente manipulables por los embaucadores, figuras del ejercicio SÓLO en redes sociales y vendedores de productos, entre otros.

Así que escribo esto para adelantarme a alguno que otro saludo, no por ser grosero, sino más bien para adelantar parte de nuestra conversación pues hablar del tema me gusta mucho, sobre todo cuando una persona tiene voluntad de trabajar y el coraje para esforzarse al máximo. Si eres uno de esos, tienes mi admiración. Sino, pues por favor evita los siguientes errores, que trataré de sintetizar al máximo.

Error #1: Desconocer lo que entrenar implica
Básicamente se trata de el error más común. Entrenar y hacer que tu cuerpo reaccione implica no solamente buenas rutinas y un buen gimnasio. La clave radica en 3 cosas en realidad: entrenar bien, comer mejor y dormir aún mucho mejor. Además implica algunos sacrificios, muchos y permanentes ajustes en varios aspectos de tu vida, pero sobre todo tener un plan todo el tiempo acerca de tus metas y objetivos.

Error #2: ¿Qué quieres?
Eso suelo preguntar siempre cuando hablo del tema con alguien. La respuesta es flexionar el brazo y decir "músculo" (hombres) o mirarse la barriga y decir "tonificar y definir" (mujeres). Amigo mío, le cuento que el músculo crece en todo el cuerpo. Debes entrenar todo el cuerpo, no puedes descuidar una sola área porque los resultados son nefastos. O no han visto a esos entrenadores personales que te exigen más y más pero que lucen así .... 





Amiga mía, si no construye músculo donde tiene grasa cómo espera tonificar. o Dígame, sin músculo qué va a definir?


Error #3: Las rutinas, no tan buenas en realidad
No significa esto que no es importante tener buenas rutinas, significa que una buena rutina, como rutina que es, aburrirá y tu cuerpo se acostumbrará. Si, por ejemplo, los lunes entrenas pecho y empiezas la rutina con press de banca plana en 40 kilos, después de un tiempo tu cuerpo ya sabe lo que viene. Si después haces flyes con mancuernas, pues tu cuerpo ya sabe. Esto es un problema si quieres definir o aumentar masa muscular. Por eso es importante elegir unos ejercicio base y rotar en cada entrenamiento los restantes, así como también el peso utilizado.

Error #4: Alimentación
Entrenar bien sólo es eficiente si comes bien. Pero no es comer bien de cortar harinas, grasas y azúcares solamente. En realidad estos tres hacen parte de los macro nutrientes que debes consumir. Es comer bien de saber cuantas calorías debes consumir al día y cuáles deben ser las fuentes de nutrientes que necesitas. Desde proteínas (claras de huevo, pechuga de pollo y pavo, carne magra, cerdo magro, pescado magro), carbohidratos (arroz, pastas, batata, papa, avena, crema de arroz, crema de trigo), frutas y vegetales (fresas, manzanas, brocoli, espárragos, espinaca) y grasas (aguacate, frutos secos, aceite de coco). Traza tu meta de calorías y usa inteligentemente las opciones que tengas. Comer bien implica un presupuesto elevado, pero se pude comer adecuadamente con un presupuesto menos holgado.

Error #4: Suplementación
Leía hace dos meses, se me escapa la fuente, que los suplementos de proteína han desplazado de la canasta familiar al alcohol. Es bueno por un lado, pero malo por el otro. La gente cada vez se preocupa más por su nutrición, pero malo porque lo hacen sin consultar a expertos o comprando lo más económico. Empecemos por decir que nada reemplaza los nutrientes que tomas de los alimentos, pero cuando entrenas con cierto nivel de exigencia necesitas ayudar a tu organismo a recuperarse para crecer. 


Las recomendaciones son básicas: compra productos de buenos laboratorios (yo sólo uso muscletech), no tienes que comprar mil cosas, no le hagas caso al vendedor, revisa bien lo que estás comprando, compra lo básico (yo recomendaría sólo Whey y Bcaas) y, repito, consulta a un experto en el tema.

Error #5; Píldoras mágicas o ¿cómo me quito esta grasa de encima?
No hay píldoras mágicas para esto, pero si hay ciertos productos que ayudan. Sin embargo, por lo que he aprendido, sacar esa grasa de tu cuerpo que hace que te veas en el espejo con pavor, o que no te permite usar con libertad ese vestido de baño en la playa, requiere 3 cosas: algo que despegue la grasa de tu cuerpo (semillas de café verde, cla, entre otras), algo que queme la grasa despegada (l carnitina) y algo que blinde tu cuerpo para que no se te pegue toda esa grasa de nuevo (café o té verde).

Error #6: Ya estoy listo para entrenar, ya compré la ropa
Cuando me dicen esto, algo se me retuerce por dentro. Si, obvio que uno quiere verse bien siempre, es natural preocuparse por la imagen propia, pero pregúntate algo: vas a entrenar o a desfilar? Si la primera preocupación de entrenar es la ropa antes que cualquier cosa, algo está mal en ti. Bueno y algo está mal en ti también si vas a entrenar con la ropa vieja que ya no usas y los zapatos que ibas a botar pero que sirven para ir al gym. 

Error #7: pre entrenos?
Mucha gente se pregunta que tomar y comer antes de entrenar y sobre todo, escucha uno el "me recomendaron tal preentrenamiento". En lo personal tengo claro que antes de entrenar debes colocarle combustible a tu cuerpo, así que yo como pan blanco o crema de arroz´. A veces tomo café. No recomiendo los preentrenamientos, pues es como tomarse un redbull para no quedarse dormido. e vez de eso, mi secreto y recomendación para entrenar enfocado (que es lo que ofrecen esos productos) es buena música. No la música fastidiosa del gym, lleva tus propios audifonos y arma tu playlist. Es muy estimulante que cuando sientas que desfalleces suene tu canción preferida.

Error #8: post entrenos
Al terminar de entrenar como dulce (bocadillo) y el batido de whey. Pero la clave es no dejar pasar más de 40 minutos entre que finalizas el entrenamiento y comer. Por eso es clave elegir el horario de entrenamiento, para no cometer este error que es un gran obstáculo.

Error #9: espejito espejito
Es estimulante estar en el gym, levantando pesas y viéndote en el espejo mientras lo haces. Pero es un problema porque quizás por verte bien haciéndolo no te des cuenta de que tu técnica no es buena o no realizas adecuadamente el movimiento. En vez de ver tu músculo trabajando, siéntelo. 




Si haces curl de biceps, agarra esa barra como si fuera tu última esperanza de vida, cierra los ojos y siente la contracción del bicep. Esa es señal de que el trabajo se está haciendo bien. 

Error #10: cuestión de actitud
He visto personas que entran al gimnasio y en cuanto hacen la primera repetición de la serie inicial ya tienen cara de que se van a morir. Esa no es la actitud. Al gimnasio se va con la convicción de que vas a desarrollar tu aspecto físico (algo que desde los griegos está claro), de que te vas a empujar al límite simplemente para hallar nuevos límites y volverlos a superar, de que vas buscando ser una mejor persona de lo que ya eres. Pero si en el primer ejercicio ya te estás rindiendo, no pierdas tu tiempo ni tu dinero. 

No son todos, pero superados estos 10 errores estarás en buen camino para esa transformación de tu cuerpo que tanto deseas. De paso, si quieres que hablemos sobre el tema, nos ahorraremos unos 30 minutos iniciales si ya has leído esto, y ahorrarse tiempo en estos días es una de las metas de mi vida. Ánimo y muchos éxitos en tu entrenamiento, al menos yo te admiro. 

jueves, 11 de diciembre de 2014

Tu cuerpo SI es una máquina

Anotaba Descartes (maldito filósofo en mí) “Asumo que el cuerpo humano es una estatua, una máquina terrestre formada intencionalmente por Dios (...)”, y tenía razón. No se si respecto a que fuimos formados intencionalmente por dios, pero respecto a que somos una máquina estaba en lo cierto el francesito.

Esta entrada girará en torno a la idea de que nuestro cuerpo responde a lo que sea que queramos de él. Me refiero no a que si quisiéramos volar podríamos hacerlo pues nuestro cuerpo nos lo permitiría (la naturaleza y la evolución hallarían la forma), sino que me refiero en particular al tema del peso corporal.




Digamos que nunca fui un afiebrado del gimnasio ni mucho menos de cuidar los alimentos que consumía. Respecto a lo primero iba al gimnasio en época de vacaciones y alguna que otra vez me preocupaba por realizar ejercicio cardiovascular. Respecto a lo segundo, pues comía de todo y comía (ahora que lo veo en retrospectiva) muy mal, MUY MUY MAL. Grasas, azúcares, harinas, fritos y más fritos. comida chatarra y comidas rápidas eran el pan de cada día.

Hace cosa de cuatro años fui diagnosticado y operado de hernia inguinal y como producto de la operación se me prohibió realizar esfuerzos físicos por al menos un año. Pues en ese año me subí de peso y para diciembre de 2012 estaba en 91 kilogramos de peso. Ese año fui al médico por dolores que persistían en la zona de la hernia operada y de paso me mandaron con la nutricionista. Me dijo que tenía sobrepeso y me recomendó asistir al club de la obesidad. Esa fue la llamada de atención!!! Tócale el orgullo a un hombre y tendrás su atención, así que el 2 de enero del 2013 me puse manos a la obra.

Lo recomendado por la nutricionista, y que me ayudó bastante, fue:
1. Comer sin líquidos (jugo, agua, etc).
2. Masticar bien, en promedio comer debería tomarme de 15 a 20 minutos.
3. Cero azúcares.
4. No combinar carbohidratos con proteínas. Es decir, no podía comer carne y arroz, o pastas con pollo. En vez de eso comía arroz con granos, granos con carne pero nunca arroz y carne en una misma comida.

Pues la dieta me costó mucho, sobre todo porque me eliminó cualquier cantidad de comidas, aunque los sábados por la noche me permitía pecar. Salieron de mis platos fritos, grasas, azúcares, algunos lácteos y en vez de eso todo lo que dijera light o cosas vegetarianas entraron a mi menú. Pero la comida no era la única causante de mi sobrepeso, así que ese mismo 2 de enero, mientras algunos disfrutaban aún del fin de año, empecé en el gimnasio. Y fue justo ahí que confirmé el título de ésta entrada: empecé a tratar mi cuerpo como la máquina que es. Al principio 20 minutos en la elíptica se me hacían eternos, luego pasé a 30 minutos allí y de premio 10 en la bicicleta estática. En esas seguí hasta completar en cosa de un mes 40 minutos en elíptica y media hora en la bici estática. Para febrero ya había bajado algo más de 4 kilos y le tomé el gusto al asunto, pues mi cuerpo hacía lo que yo quería.

Continué todo el año 2013 bajando hasta llegar en diciembre de 2013 a 76 kilos. Con esfuerzo, sólo ejercicio cardiovascular, cuidando la alimentación y siguiendo lo que me recomendó la nutricionista logré lo que muchos COBARDES realizan con cirugía y procedimientos: bajar de peso al ritmo que yo quise. Si no eres capaz de disciplinarte para bajar de peso con esfuerzo, eres un COBARDE. No hay cosa que deteste más que escuchar a los que me han visto disminuir de peso preguntarme si fue con operación. Incluso, no me veía teniendo por pareja a alguien que pensaba operarse en vez de esforzarse.

Y pues tocó acostumbrarse a las preguntas de siempre: ¿eres tú? ¿qué te hiciste?. También tocó acostumbrarse a los comentarios habituales: antes estabas mejor, no entiendo porqué bajaste de peso, te ves demasiado flaco, se te fueron hasta las piernas. Increíblemente esas mismas personas que critican ese tipo de cosas, viven un calvario interno con su peso corporal más no tienen tu misma disciplina. Así que no dejes que te bajen el ánimo con ese tipo de comentarios, eso sólo significa que lo estás haciendo bien. Mejor dicho, lo estás haciendo mejor que ellos.

A lo largo de este 2014 cambié el entrenamiento pues decidí (partiendo del hecho de que, como he dicho antes, tu cuerpo es una máquina que responde a lo que tú le pidas) incrementar masa muscular. Empecé a consumir whey protein, probé varias y opté por las de muscletech. Primero la Platinum Iso Whey y luego opté por la que uso hasta el día de hoy Nitrotech. Fui probando distintas rutinas y empecé a leer mucho al respecto y a informarme, factor clave en realidad. En esto último ha sido clave leer mensualmente la revista Mens Health en Español. Empecé a creer que tenía un metabolismo afortunado, pues comía, tomaba cerveza y entrenabad sin subir de peso. Incluso creo que logré bajar así un kilo más hasta quedar en 75. Pero de 76 nunca subía, por más que me esforzaba un poco más que antes. Sólo veía un problema, a mayor esfuerzo mayor hambre, máquina al fin y al cabo. El apetito se me salió de las manos y la dieta peligraba. Leí y escuché de las proteínas de lenta absorción, así que compré una de muscletech llamada Phase 8, pues ya el hambre me despertaba en la noche y nada cambiaba. Al hablar con el proveedor de productos me dijo que mi problema era de alimentación. Hacía rutina para incrementar masa muscular pero comía como si estuviese en dieta. La solución, comer más.

Dígale a una persona que tenía sobrepeso y que adelgazó, que debe comer más y mire como lo mete en un problema. Obviamente uno queda con aquel temor de volver a subir de peso, así que una vez más estaba en el punto cero. Estuve subido y bajé, ahora estaba abajo y quería subir sin engordar. Pues una vez más tocaba variarle el plan a la máquina. Manos a la obra y el 25 de octubre lo primero que hice fue cambiar los ejercicios, pues algunas técnicas de definición muscular (casi todas relacionadas con crossfit) no sirven para nada. Hoy entiendo la bromas en los gimnasios para con la gente que hace crossfit, es perder el tiempo si quieres masa muscular.





Lo siguiente era comprender que para ganar masa muscular la rutina es: entrenar, comer y dormir. Comer mucho en realidad, comer bien y sin complejos ni temores. Así que incluí a los ya tradicionales huevos, atún y filetes de carne, mucha pasta, mucha batata, más vegetales, salmón y pavo. En un día de entrenamiento mi comida va más o menos así:

+ Entreno en ayunas a las cinco am (gracias a las vacaciones).
+ Proteína apenas llego a casa.
+ Desayuno: tres huevos con salchicha de pavo y Nestum o Avena en leche de soja.
+ Merienda: frutas o frutos secos.
+ Almuerzo: spaghetti con atún.
+ Merienda: batido de nestum o ensure con bluberries o fresas o ambas.
+ Cena: salmón con arroz y medio aguacate.
+ Merienda: sandwich de jamón de pavo.
+ Antes de dormir: batido de caseína

Mes y medio después mi cuerpo ha vuelto a cambiar y se observan los resultados, además ya estoy en 80 kilogramos de peso corporal. Así que subí justo como me lo he propuesto, sin errores. Y precisamente de esto va esta entrada en el blog: el sobrepeso, la bajada de peso y la nueva subida han sido por tratar a mi cuerpo como la máquina que es. La descuidé y me subí de peso, la cuidé y bajé de peso, ahora le ordené subir con unas condiciones y ahí va. No necesitas operarte, no necesitas pastillas ni productos milagrosos. Sólo necesitas mucha disciplina, aprender a soportar el dolor, mejorar tus hábitos alimenticios, constancia, dedicación, buena música en el gimnasio (este es el milagro silencioso y mi recomendación principal a la hora de entrenar) y entender que lo que tienes por cuerpo es una máquina, como una estufa, un televisor, un celular. Y que esa máquina hará lo que sea que tú le ordenes, así que enfocate.

martes, 26 de agosto de 2014

BRINDAR CONSEJOS … ¿PARA QUÉ?


La amistad es un valor muy útil y muy difícil en estos días. Vamos por la vida rodeados de conocidos, sumergidos en enemigos, pero muy escasos de amigos. Se espera de un amigo lealtad, acciones desinteresadas, comprensión, alguien que te escuche con más confianza incluso que un familiar directo. Quién busca una amistad busca una mano amiga, una voz de aliento en los momentos difíciles. No sabe que busca una aguja en un pajar, quizás la encuentre pero de seguro tropezará antes de salir del pajar y la perderá.

Ese rol de ser la voz de aliento es lo que me desagrada de ser amigo de cualquier persona, soy muy realista y pragmático como para ver la vida color de rosa. No es que se me imposibilite el brindar amistad, es que no tengo tiempo para mis viejos amigos ni para hacer nuevos amigos, además de que mi criterio de amistad siempre difiere en el mismo punto: brindar un buen consejo cuando mi amigo así lo requiera.

Como amigo ofrezco casi lo mismo que ofrece cualquier amigo: podemos divertirnos juntos, podemos celebrar juntos casi cualquier cosa, mi casa es tu casa, pero no me pidas alguna de estas dos cosas: dejarte jugar con mi pS4 (OLVÍDALO) y verte en una situación que te genera algún daño o sufrimiento sin criticarte por tomas malas decisiones o no leer bien las situaciones en vez de darte un buen consejo. Y lo del PS4 es en serio.

Siempre he creído que mi capacidad de leer situaciones y personas ha sido una habilidad muy peculiar en mí, pues me ayuda a anticiparme a las situaciones o reaccionar sin titubeos ante las adversidades de cualquier tipo. Y como cualquiera que es muy bueno en algo, no soporto ver que un amigo (cuando digo amigo me refiero a hombres y mujeres por igual) se equivoque en eso que es mi fuerte. Asumo que de tanto verme manejar todo tipo de situaciones mi amigo casi que se ha autotransferido parte de esas habilidades mías. Y me decepciona mucho el notar que en la mayoría de los casos no es así.

Vayamos al ejemplo más común: problemas amorosos (que pinche suerte que todos mis ejemplos siempre involucran a mi o a alguien más enamorado, pero creo que esos se dejan entender más fácilmente). Cuando un amigo tiene un problema con su pareja y vienen buscando un consejo de mi parte, básicamente siempre obtienen lo mismo: la expresión “estás bien jodido”. Le agrego, además, toda la lista de señales por las cuales yo sabía que eso le iba a pasar y le recalco la ausencia de claridad para no ver venir la inconsistencia, y le adiciono mi cara de desaprobación (estilo Sheldon Cooper).




Básicamente odio dar consejos por dos razones muy claras: no importa lo que aconsejes nunca te harán caso y porque uno nunca está en los zapatos de la otra persona como para tener un consejo que darle. Quizás uno podría emitir un juicio personal al respecto, pero eso dista mucho de un consejo. Dar un consejo implicaría vivir la situación exactamente de la misma forma en que la persona que lo solicita la vivió, padecer el mismo sufrimiento que ella, gozar de la misma forma que ella lo hizo. Es como querer estar en los zapatos de otra persona, y siendo esa idea husserliana (un concepto filosófico para  darle un aire hípster a esta entrada en el blog) imposible pues es mejor no perder el tiempo tratando de dar consejos.

Un buen amigo debe indicarte en que fallaste antes que darte palabras de aliento, decirte lo que te tenga que decir para abrirte los ojos antes que venderte una fantasía, decirte que estás jodido antes que decirte “tranquilo, ya saldrás de esta”. Pues quizás no estés de acuerdo con mi apreciación de lo que es la amistad, pero bueno, es mi apreciación, mi entrada y mi blog amigo.


“Amigos, no hay amigos” – Aristóteles (según Diógenes).

miércoles, 16 de abril de 2014


¿CÓMO EVITAR ENAMORARTE DE TU MEJOR AMIGA?


Y bueno después de una prolongada pausa, acá estoy de nuevo. Tenía tiempo sin escribir y lo extrañaba, me refiero a escribir sin que se conjugaran mis intereses personales con mis obligaciones laborales. Por eso me gusta tanto escribir en este blog, lo hago cuando quiero, como quiero y para quién quiera leerlo. Escribir tiene su ritmo, es un proceso demasiado personal como para que intervengan obligaciones en ello. Daniel Samper lo sintetizó muy bien al retirarse: "ahora escribiré cuando me de la gana". Y pues acá voy.


Una amiga es un, según la RAE, una persona por la que sentimos amistad. Aristóteles decía de los amigos que no existían (incluso se lo manifestó así en una reunión a sus amigos). Pero yo me refiero a una amiga en el contexto masculino. ¿Qué es una amiga para un hombre? Un raro espécimen, una entidad extraña, un ser casi anormal. No lo digo por menospreciar a las mujeres, son seres  maravillosos, pero los hombres rara vez tenemos amigas.


Cuando digo que los hombres rara vez tenemos amigas, me refiero a que usualmente los hombres dividimos las mujeres que conocemos en dos grupos: las que nos gustan y quisiéramos intentar algo con ellas y las que no nos gustan y rara vez volvemos a ver (salvo obligaciones ajenas a nuestra voluntad). Bueno hay un grupo que contiene categorías intermedias como: mujeres que no me gustan pero debo tratar, mujeres amigas de la que me gusta, entre otras. Pero estas categorías intermedias no son las que concentran mi atención en el presente escrito.


Rara vez aparece una que otra mujer que logra colarse en una zona intermedia entre estos dos grupos, usualmente son mujeres que le han gustado a uno (jamás, JAMÁS ex novias) y que por alguna u otra razón nunca pasó nada entre ambos. El gusto no se fue, simplemente se inactiva. Y esas extrañas mujeres se convierten en nuestras amigas. Son mujeres con las que desarrollamos un nivel de confianza tan cuasi-perfecto que las valoramos mucho. Por eso mujer, cuando un hombre te considera su amiga has logrado algo muy importante. Pero si eres su mejor amiga, es casi un premio nobel de amistad.


Sin embargo, como dije anteriormente, esa mujer no dejó de gustarte, simplemente inactivaste el gusto. Por eso realizo esta entrada en mi blog para mostrarte amigo, qué debes hacer para evitar reactivar ese gusto por tu amiga y no perder una persona muy valiosa en tu vida. Si en la película ¿Cómo perder a un hombre en diez días? muestran las cosas que hace una mujer y que las lleva a perder a su pareja, yo creo que existen algunas pautas a seguir para evitar enamorarte de tu mejor amiga.


Es tu mejor amiga porque compartes muchas cosas con ella, tienen gustos muy parecidos, en lo que no coinciden acabas siendo muy tolerante con ella, siempre está ahí para ti y tú para ella, salen juntos (sin aparente tensión sexual de por medio), hablan todo el día por cualquier medio, la acompañas en su desastres amorosos y ella en los tuyos y casi siempre tu novia del momento desconfía de ella, igual que el novio del momento de ella desconfía de ti. Recuerda, un hombre con una mejor amiga va en contra de la naturaleza masculina, por eso la desconfianza de las parejas de cada uno.


Pero precisamente esa compatibilidad en todo, ese nivel de confianza, acaban siendo un auto disparo a tu propio pie. En algún punto, usualmente cuando ambos coinciden en soltería, empiezas a pensar: ¿por qué no lo intento con ella?. Amigo mío, NO LO HAGAS! Recuerda lo mucho que te tomó llegar a ese nivel de confianza, recuerda que tus relaciones siempre acaban contigo alejado de tu ex, recuerda que es tu mejor amiga. Así que comparto contigo, mi querido amigo unas pautas para evitar que pierdas a tu mejor amiga enamorándote de ella.


1. Evita hablar con ella todo el día: ¿recuerdas como con tus parejas acabas hablando todo el día, y llega un punto en el que ya no soportas el estar tan encima el uno del otro, e incluso llegan a ese punto en el que ya no sabes ni de qué hablar? Ahora recuerda tus conversaciones interminables con tu mejor amiga, donde hablan absolutamente de todo: desde los temas más serios hasta las trivialidades más corrientes. Ahora compara. Obvio la conversación fluye más con tu mejor amiga porque no hay presión de por medio. Incluso tengo una amiga con quién de las 24 horas del día, hablamos alrededor de 12 de ellas. Y cuando no, no pasa nada. Por eso la aprecio tanto.


2. Traza un límite en cuanto a las relaciones pasadas: ¿recuerdas esa rabia que te da cuando te pareja te habla de sus anteriores relaciones, pero que por prudencia no le dices nada por llevar la fiesta en paz? Ahora recuerda las veces en que tu mejor amiga te cuenta de sus relaciones y con toda libertad puedes decirle que te deje de hablar tanto de su novio o quejarse de su ex. Es la confianza y la falta de presión lo que te permite expresarte libremente con ella. Por eso a mi mejor amiga no la dejo que me cuente de sus ex parejas, odio que una persona tan valiosa haya acabado enredada con tipos tan imbéciles que sólo han hecho sufrir a un gran ser humano, y luego me toca a mi ser su pañuelo de lágrimas y su apoyo en momentos difíciles, si bien le advertí todo el tiempo que no se metiera con el tipo para que no saliera lastimada.


3. Evita salir de rumba con ella: ¿recuerdas como cada salida con tu pareja es un problema, pues muchas veces acabas en sitios que no te gustan pero a ella si, con gente que no te agrada pero que son sus amigos? Ahora recuerda como con tu mejor amiga puedes ir donde sea, porque ella coincide contigo en lo que te gusta y usualmente, al no haber presión de pareja de por medio entre ambos, acaban en sitios donde los dos se sienten muy cómodos, y con gente que conocen ambos, pues comparten amigos, o incluso sólo ambos (pues la tensión sexual está inactiva). Por eso adoro a mi mejor amiga, compartimos tantos gustos que cuando salimos siempre resulta divertido, sin importar el lugar, el ambiente o como acabe la noche. Ella es increíble por eso.


4. Procura no comer junto a ella: ¿recuerdas como salir a comer con tu novia es toda una aventura, pues ella nunca sabe que quiere y cuando sabe que quiere, tienes que comer en el mismo sitio donde venden lo que a ella le gusta pues la idea es comer juntos? Es decir, tu novia no concibe que coman en sitios separados. ¿recuerdas lo complicado que es cocinar para ella, pues antes debes hacerle un cuestionario acerca de qué no come, cómo se come lo que le gusta, entre otras? Ahora recuerda como con tu mejor amiga puede ella comer donde le gusta, tú acompañarla y luego ella te acompaña a comer donde a ti te gusta, sin la necesidad de que ambos tengan que comer en el mismo sitio. Obvio gracias a que no existe presión de pareja. Incluso cuando la invitas a comer, ella o se come lo que preparas o simplemente deja a un lado lo que no le gusta sin armar un show o escándalo porque, quizás, hayas cocinado de más aquellas pastas que con amor le preparaste (como sucede con tu novia). Por eso invitar a comer a mi mejor amiga es un lujo, esa mujer no molesta y come casi de todo. Es perfecta en este sentido, igual que en los anteriores.


Viéndolo bien, creo que me he enamorado de mi mejor amiga! Que tonto soy.


P.S. Ojalá ella no lea esto.




domingo, 15 de septiembre de 2013



PASIÓN POR LA COCINA



Nunca había dudado tanto a la hora de elegir un título para algún escrito mío, digamos que es lo más claro que tengo al redactar cualquier cosa. Pero esta vez dudaba entre amor o pasión. Y tuve que casi "deconstruir" (discúlpame Derrida) ambos conceptos. 


Supuse que amor es algo que cualquiera siente a lo largo de su vida, ya sea por un familiar, amigo, ser querido o pareja. Pero es tan efímero que usualmente dudamos cuando sentimos amor. Es decir, el sentimiento del amor se desvanece ante nosotros y rara vez podemos distinguir entre amar a tu pareja o simplemente estar acostumbrado. Es un sentimiento que en un minuto tenemos y en otro no. Pero la pasión es algo más concreto (que problema el mío de ser tan práctico), sabemos cuando sentimos pasión por algo y cuando no con total claridad. Además, apasionarse realmente por algo es una sensación que no todos pueden disfrutar ni experimentar como el amor. La pasión implica un estado de excitación intelectual muy agradable, e incluso físicamente la pasión es una sensación que se apodera de tu cuerpo. Cuando algo te apasiona, te emociona en niveles inimaginables, incluso para el amor.Así que con esto resuelto opté por pasión, pues cocinar genera todo esto en mi y ahora pasaré a contarles por qué.


Mis inicios en la cocina, y aclaro soy solamente profesor, fueron los de cualquiera que aprende a cocinar. Era algo muy básico. Mis padres salían a trabajar y casi siempre mi hermano y yo debíamos terminar la comida que mi mamá usualmente dejaba adelantada, así que sus consejos iniciales me dieron la base. Entre esa experiencia y ver cocinar (y acompañar incluso) a mi abuela aprendí a cocinar. Pero como siempre digo al hablar de mi pasión por la cocina, lo hacía por necesidad. Digamos que la idea de comer mucho me empujaba a cocinar de forma muy elemental. 


Además otro factor apareció en escena y fue esa costumbre que aún incluso se conserva en mi casa de atender a la visita cocinándole, preparando comida. Entendí prontamente que la cocina, o más bien preparar alimentos para alguien cercano crea vínculos. Tanto así que no hay reunión familiar en la que no cocinemos todos los familiares, pues rara vez compramos comida hecha. Disfrutamos el hecho de involucrarnos todos en la preparación de los alimentos.


Con todo esto en mente seguro amaría cocinar, pero lo mío es pasión como dije anteriormente, y eso tuvo su punto de inicio. Hace ya un año y medio tuve la oportunidad de ver una película que me hizo ver de manera clara mi pasión. Se llama A perfect Sense ( http://www.youtube.com/watch?v=iexMJrBzZtA ) y es una historia de amor en medio de una situación caótica para los habitantes del planeta. Un virus ataca a la población  y va eliminando uno a uno nuestros sentidos de manera definitiva. Este problema es abordado desde dos perspectivas: Susan, como epidemióloga que es lo ve como un problema netamente científico. Pero Michael, al ser chef, lo enfrenta como un problema práctico. ¿Cómo cocinar para personas que no huelen sus alimentos? ¿Cómo cocinar para personas que no podrán distinguir el sabor de una barra de jabón al de un delicioso filete de pescado? La solución de Michael es fenomenal, pues decide compensar en las comidas. Es decir, cuando la gente pierde el olfato, decide subirle el sabor a las comidas; cuando pierden el gusto, hace la comida con más textura para que sea más ruidosa; cuando la gente no puede escuchar, hace la comida más visual; cuando la gente pierde la vista, queda el amor. Película al fin y al cabo.






Con una banda sonora brutal (duré quince días solo escuchando esa canción de Max Richter @maxrichtermusic) que comparto con ustedes ( http://www.youtube.com/watch?v=gcEW9jXvsNw ) la película me dejó algo muy claro: una buena comida debe estimular la mayor cantidad de sentidos posibles. Es decir, un buen plato no sólo debe verse bien y tener buen sabor. Debe tener una textura especial y debe "oírse" muy bien al comerlo. Supongo que los chefs ya saben esto, pero cuando aprendemos algo empíricamente usualmente nos emociona mas que si alguien simplemente nos enseña eso. Así que entendí que el reto de cocinar es estimular la mayor cantidad de sentidos de las personas para quienes cocinas, incluso para ti mismo. Y me lancé al reto.


Empecé por las mismas cosas básicas que antes sabía, sólo que esta vez estaba dispuesto a experimentar con ellas. No era sólo preparar comida, era cuidar todo el proceso. Confieso que no he leído mucho, algún par de trucos, pero en realidad creo que es bastante lógico el proceso de cocinar, todo es cuestión como digo siempre, de encontrar esa lógica. Primero experimenté con preparaciones, luego con ingredientes. Allí descubrí la importancia de las hierbas, y como cada una aporta cosas distintas. Pero además eso me da criterio para saber cual usar dependiendo la comida a preparar. Luego empecé a ver recetas y a hacerlas, incluso dándoles mi toque personal. Y pues mi familiar empezó a favorecerse de ello.


Allí entendí el otro gran secreto de cocinar: debes conocer a aquellas personas a quienes le cocinas. Por muy tonto que parezca, creo firmemente en que cada persona tiene su propio sabor, en que a cada persona le corresponde un tipo de comida en especial. Y eso lo sabes solo cuando conoces realmente a las personas. Por eso no me atrevo a cocinarle a todo el mundo, me daría mucha pena no hacer algo agradable para esa persona y arruinarle siquiera por una vez la experiencia de comer. Por eso, a pesar de lo que me dicen acerca de montar mi propio restaurante, rechazo ipso facto esa idea pues no me veo cocinando para gente desconocida, como anteriormente dije. No veo la cocina profesionalmente, por eso insisto en que me genera pasión.


Es que en últimas cocinar para alguien se vuelve algo muy personal para mi, poder dialogar mientras le cocino, tomarme una cerveza o un buen vino tinto mientras preparo los alimentos, decorarle el plato y luego ver su rostro de emoción al notar que su comida sabe, huele, se ve, se escucha y se siente bien.


Por todo lo anteriormente escrito puedo decir sin ruborizarme siquiera que para mi es muy sencillo: yo amo mi carrera y mi profesión, pero lo que realmente me apasiona es cocinar.

miércoles, 12 de junio de 2013

Filósofo por convicción ... de a ratos

Recuerdo como si fuese ayer por qué estudié filosofía, tampoco soy tan viejo aclaro. Desde segundo de bachillerato soñé con ser ingeniero de sistemas y así estuve hasta quinto de bachillerato cuando inicié clases de filosofía. Lo que me pareció apropiado de la misma es que podía llevarle la contraria a quién yo quisiera, incluso a los filósofos mismos. Además gracias a un familiar, obtuve acceso directo a los textos completos de los filósofos que estudiábamos fragmentadamente en clases. Así que cuando el profesor hablaba del mito de la caverna de Platón yo conocía mucha de la obra restante del mismo, y eso hizo que me sintiera muy cómodo en la clase. Creo que a todos nos gusta la seguridad que brinda el ser el mejor en algo.

Cuando egresé del bachillerato me fui con mi primera opción: ingeniería de sistemas. Luego de la primera semana de clases supe que eso no era para mi, DEMASIADOS NÚMEROS. Y siendo honesto los números sólo los entiendo en billetes. Sin embargo admito públicamente que me enamoré de algoritmos. Y eso marcaría posteriormente mis orientaciones filosóficas y me permitiría entender muchas de mis actitudes.

Pude tomarme un año sabático e ingresar a estudiar filosofía. Desde el principio supe que estaba seguro nuevamente, rodeado de un ambiente de libertad intelectual que me beneficiaría y además esta vez sentí que mi irreverencia y esa vocación natural que tengo de llevar la contraria en casi todo (de manera justificada y con argumentos, nunca dogmáticamente) serían premiadas. 

Tuve cinco momentos gloriosos durante mi formación como filósofo: 
1. Mis clases de lógica con el profesor que nos correspondió, sobre todo con ese profesor sin el cual no habría aprendido tanto.
2. La humillación recibida por no comprar libros de buenas editoriales y el posterior entendimiento de porque es importante hacerlo.
3. Haber ridiculizado a un profesor en público ante mis compañeros y convertirlo en objeto de burla en ese instante (aunque el tipo ya era una burla andante de antes).
4. Haber sacado de sus casillas al profesor de filosofía oriental, quién se suponía debía ser un tipo muy calmado y siempre manejó ese perfil.
5. Conocer a Maquiavelo, Kant, Husserl, Nietzsche (de quién me desencanté, pues ya era un ávido lector de su obra), la Escuela de Francfort, el Círculo de Viena, Russell y Wittgenstein.

Este último punto es el cincuenta por ciento del título de esta entrada, pues cuando digo que soy filósofo por convicción de a ratos, me refiero en parte a que no toda la filosofía me gusta. Detesto a los presocráticos, no veo mucho sentido a Platón, quizás un poco a Aristóteles, la filosofía romana me parece buena si uno se droga, la medieval es una completa basura, Hegel es aún más basura y Marx toca el techo de lo que es basura. Así que cuando en mis clases me toca hablar de esos autores más que un filósofo, me considero un profesor de filosofía. Así que al llegar a mis autores preferidos se me sale lo filósofo en realidad.

El restante cincuenta por ciento del título de esta entrada tiene que ver con la imagen que se espera encontrar de un filósofo. Todos creen que se debe ser introvertido, muy calmado, amante de la música clásica y cosas así. Cuando me conocen se estrellan. Soy muy abierto, extrovertido, inquieto, escucho cualquier tipo de música ... básicamente no soy filósofo. Y en eso radica lo que siempre he entendido de mi profesión. Al dejar de trabajar me desconecto de esa parte profesional y dejo de ser un filósofo para convertirme en un ser humano más, en una persona como cualquier otra, así muchas de mis actitudes sigan pareciendo bizarras en la mayoría de los casos. En términos más claros: trabajando soy una persona, fuera del trabajo soy otra persona. Kant definió muy bien eso cuando dijo que tenemos un ámbito privado y otro público. Y esto es lo que no parecen entender algunas personas medio cercanas a mi.

Lo digo porque una vez volví a mis redes sociales aquellos que me siguen, específicamente algunos de mis alumnos, creen que en twitter está su profesor, que en instagram está la persona que se coloca delante de ellos y les habla de temas académicos. Pero como siempre he pensado, en las redes sociales uno es cualquier cosa menos serio. Eso es pura joda. En twitter todos somos (como dije en un blog pasado) o grandes pensadores, o rock stars. En instagram la vida es color de rosa (o dependiendo del filtro que uses).

Yo por mi parte dejo la filosofía para los espacios y momentos apropiados, fuera de ellos soy un tipo ordinario con una vida ordinaria en unas condiciones extraordinarias. 

lunes, 8 de octubre de 2012

LA PERSONA INDICADA


Un título tan breve como tan sugestivo marca mi regreso con una nueva entrada a mi blog. Traté de subir una mensual pero finalizando el año académico en mi trabajo (uno de ellos) se me fue enredando todo. En fin que acá estoy, 2:00 de la mañana y en el horario en que ustedes duermen a mi se me ha dado por escribir. Creo que esto confirma que los filósofos somos excéntricos, pues hasta hace unos 15 minutos estaba a punto de dormirme, pero esta idea me ha dado de pronto y no voy a permitir que la inspiración se me vaya y aclaro que no he prendido, enrolado, aspirado ni fumado nada.  Pensaba que antojarme de hacer limpieza en mi casa a esta misma hora cualquier día al azar era el tope de mis excentricidades, pero hoy he visto que no. Y aclaro que mi proceso de escritura en estas entradas es continuo. Tomo una idea, la desarrollo y no la suelto hasta que la concluyo, en otras palabras digo lo que siento y pienso tal cual se me vienen las ideas a la mente. Que raro que un filósofo escriba sin pensar mucho, pero que carajo éste es mi blog.

Así que se preguntarán ustedes (he perdido la modestia por completo, antes me escribía a mi mismo y hoy escribo para un público imaginario) qué me ha llevado a las dos de la mañana a escribir sobre este tema en particular. La respuesta espero sea revelada antes de concluir este escrito. En cada una de nuestras actividades siempre tratamos de hallar la persona correcta. Al practicar algún deporte buscamos ese compañero de equipo que se combine  y complemente bien con nosotros. Que mujer no fantasea con encontrar a su compañera ideal para ir de compras. Nuestros padres esperan que nosotros seamos la persona indicada. Sin embargo en este tipo de situaciones nos volvemos conformistas, pues acabamos no con la persona indicada sino con la persona disponible. Pero al hablar de sentimientos la cosa cambia.

La persona indicada, si tuviera que esbozar un concepto, es aquella que llega justo cuando la persona equivocada se ha ido de tu vida. Esto implica dos cosas: iremos por la vida encontrando personas indicadas en casi un círculo vicioso interminable y además que estaremos con muchas personas equivocadas. Desarrollaré por separado ambas cuestiones para poder responder por qué a esta dita hora estoy escribiendo sobre este tema.

Cuando empezamos en el mundo sentimental siempre iniciamos con la idea utópica de que esa primera persona que estará con uno, física y emocionalmente, será el amor de nuestras vidas. Pronto descubrimos que no, y por eso las separaciones de ese primer amor son tan complicadas. Nos aferramos a la idea de que tiene que funcionar, queremos que funcione, pero demasiado tarde nos damos cuenta de que estamos apenas practicando. Hay que ser realistas, esos amores entre dos personas que fueron su primera pareja van reduciéndose cada vez más, conforme las personas de 50 años en adelante van muriendo. Justo cuando entendemos que tenía que acabar porque estábamos apenas agarrando experiencia, es que notamos que era la persona equivocada. Ese es el gran problema del amor, suspende nuestra razón, se lleva por delante nuestro sentido común y nos deja a solas con nuestras emociones. Por eso el amor siempre me ha resultado un reto, pues al ser yo tan pero tan meticuloso y excesivamente racional me cuesta entrar en esa espiral en la que todo se ve bonito, en la realidad en la que no hay problemas, en el paraíso sentimental. Y desconocemos lo nutritivo que es para una relación el pelear, discutir. Dejar ese aspecto a un lado sólo hace que explotemos cuando ya no aguantamos más y esa pelea es casi siempre la única y la última de esa relación. Entonces es una persona más, obvio de las equivocadas, en nuestra vida. Lo realmente anecdótico de esto es que en su momento, esa persona que ahora detestamos y que no soportamos ni estar cerca de ella, en su momento fue la indicada.

Lo que nos deja con el elemento primario de toda esta situación, entender que la persona indicada no es una, en realidad son varias pues nuestros sentimientos son volátiles, como personas también lo somos y como individuos aún más. Pueda que un día esperemos algo de una persona, pero al día siguiente queremos otra cosa. Eso es normal. Más sin embargo nos aferramos a la idea de que la persona indicada es una sola y cuando la encontremos debemos aferrarnos a ella. Cerrarse en banda con esa idea hace que nos perdamos de lo divertido que resulta conocer nuevas personas indicadas, aprender de esas personas indicadas, saber que esas  personas indicadas sólo estarán por un tiempo en nuestras vidas (si algo excepcional no ocurre), asombrarse de como cada una de esas personas indicadas tiene un modelo mental acerca de como tú deberías ser (e increíblemente nunca concuerdas con su modelo mental). Esa ha sido uno de los puntos por los cuales siempre he sentido mucha fascinación por escribir del amor, incluso cuando estuve estudiando se me ocurrió una idea, que me pareció genial en su momento, acerca de una filosofía del amor pero rechacé prontamente esa idea justo cuando la primera persona indicada se fue de mi vida. 

No todo es malo con esas personas indicadas que desfilan por tu vida, pues aprendes cosas de ellas, te enriqueces profesionalmente con ellas cuando tienes una indicada con unas capacidades reflexivas y analíticas increíbles (estilo amor platónico, fundamentando mi argumento en esa idea platónica de que el amor es algo que se da entre intelectos y no entre cuerpos), como persona sueles crecer para bien y para mal con cada una de las personas indicadas. Pude concluir hace algún tiempo que la razón por la que a pesar de parecer la persona menos indicada para hablar de amor y personas indicadas, es porque ese mismo espíritu cientificista que me gasto no se hace a un lado cuando he tenido a esas personas indicadas conmigo, creo en el experimento, en el ensayo y el error, en la manipulación de variables y demás. Parezco frío, parezco insensible a veces, pero por ser como soy es que cambiar de una persona indicada a otra  no me es traumático. Lo veo como una oportunidad de empezar de nuevo, aunque también comparto aquella idea de Rodolfo LLinás de que la fidelidad es pereza mental, tener que acostumbrarse a una nueva indicada es siempre aburrido. En resumidas cuentas el espiral de indicadas es una oportunidad permanente para conocer personas, enamorarse y llenarse por igual de equivocadas.

Para cerrar esta entrada debo confesar que la razón por la que decidí escribir esto a estas horas es porque al estar sin la indicada, lleno de equivocadas, sin sueño y con demasiadas heineken encima, escribir una entrada es muy fácil. 



P.D. Lo subo días después porque en medio de las cervezas juraba que lo había hecho. Ah y me figuró volver a twitter